martes

Confesiones desde mi cordura

En el salto arrojado a la muerte que es vivir buscando el coraje de la verdad.
Pienso que nada esta perdido ni ganado y las mariposas vuelan hacia el fuego.
En la quietud de seguir caminando encuentro sonrisas transparentes y casi imperceptibles palabras de cariño y de fe, sigo caminando, a veces, confieso, que me cansa la valentía y la cordura fría de esta boca, a veces, entre risas se me escapa una lagrima y la disfrazo de alegría. Me cuido de los atardeceres y los niños que ríen, de los abrazos muy apretados. Cuando a mis oídos llega la dulce queja de la cadencia violenta de algún tango en silencio busco anestésicos, en forma de botella, de oleos, de cancioncita alegre. No juzgues te lo pido, si me encuentras ebria perdida y carcajada fuerte, y si alguna tarde llena de agua me descubres paso lento frente al mar buscando el sur, no me ofrezcas tu paraguas, no me tiendas tu mano amiga, no pretendas salvarme, no pretendas guiarme, que nunca me he perdido, es sólo que a veces me duele la frágil y cruel locura de estar vivos.

2 comentarios:

Facundo dijo...

Muy, pero muy, bueno.

Anónimo dijo...

Tu voz me llueve de a letras. Mi pantalla me tiembla desde tus teclas. Tu honestidad desbocada me adrenaliza. Gracias por hacer frases de verdad. Seguir� anonim�ndome, seguir� jugando a leerte. Pod�s contarme entre "los incondicionales"