miércoles

Un cuento viejo bajo el cojin del sillon del gato del que reparte diarios por diversion (hay gente que gusta de las mañanas) no habla de princesas o valientes caballeros, habla de ratones y leche agria, de ojeras, de pies endurecidos de tanto buscar un camino mas bello.

(de las zapatillas solo quedan unas hilachas que se aferran con firmeza ridicula a la suela, un revoltijo de pasajes recorridos hasta reconocer cada rincon, cada perro vago, cada puerta cerrada.)

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