escuchaba dormida tu pulsación inquieta
soñando que el cielo abre arboles
musgosos de lagunas
olisqueando la putrefaccion, la tierra humeda
y los pedazos de sol se volvieron azules;
pero mírate:
las gotas que al principio te recorrieron la cara
vienen avanzando,
pasa
bienvenido a esta casa hecha de migajas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario